Estadísticas, 10.02.08

Las páginas de Cultura de los periódicos empiezan a resultar peligrosas para la salud. No hay apenas día en que no nos asustemos, en que no leamos una noticia sonrojante, en que no perdamos los papeles. Andalucía vuelve a dar la campanada, situándose entre las comunidades españolas con menos afecto a los libros, sean estos de la naturaleza que sean, que tampoco se trata de ponernos finos. Aquello que decía Alonso –Dámaso: especifico por si acaso– de que “Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas)” se ha trasladado al sur peninsular, donde unos cuantos bípedos usurpan el nombre de humanos –con vida inteligente, o sea– más en potencia que en acto. Al final, va a ser cierto que las estadísticas, pérfidas como ellas solas, se empeñan en sacarnos los colores, pues es sabido que sobremanera se ocupan de lo que falta, nunca de lo que sobra. Ya hace bien poco vinieron los del PISA con sus numeritos a ponernos pingando, diciendo que los alumnos andaluces están a la cola de todas las colas en lo que a viveza intelectual se refiere. Si juntamos el hambre con las ganas de comer, acaba saliendo lo que sale: que por aquí no damos pie con bola en lo que a las letras se refiere.
Ante semejante panorama, no deja de enaltecer los corazones la última promesa electoral de Manuel Chaves: la posibilidad de que en las Escuelas de Idiomas andaluzas se enseñe el catalá, el euskara y el galego –si el PSOE gana las elecciones, por supuesto–, algo que sin duda va a redimirnos de los problemas (in)culturales propios de nuestra comunidad autónoma. Ya me imagino a las masas arremolinadas a las puertas de las precarias EOI –que hoy por hoy a duras penas dan abasto–, renegando del inglés y el francés y arrojándose en brazos del salchichón de Vic y la sardana (o el txangurro o el ribeiro, cada cual ad libitum). Nadie podría poner en duda que tal medida es de una necesidad insoslayable, aunque no sepamos por qué. Se me ocurre que, tal vez, al figurar los catalanes y los vascos siempre los primeros en las estadísticas –como tienen mucha “tela”, seguro que las amañan–, quizá estudiándoles la lengua se le pegue algo a Andalucía. Por probar que no quede. Todo sea por salir más guapos en los números.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues no es por llevarte la contraria, pero en el tren mucha gente va leyendo.
Lo de las EOI me hace gracia. Primero porque porque se puede seguir siendo necio en cualquier idioma, Segundo porque no sé cómo van ha aprender un idioma sin leer. Aunque lo del francés y el salchichón de Vic... (Sí, es un chiste fácil, pero la TV ha minado hasta ese punto mi imaginación)

NUNCIO TAMALLANGOS dijo...

Querida Ana,

En los últimos tiempos (y defina aquí el lector "últimos" como mejor le plazca), cualquier cosa dicha por un político -y más si es una promesa electoral- tiene garantía de memez. En este caso, no hemos tenido la fortuna de dar con la excepción.

Estoy "segurísimo" que los ciudadanos andaluces andan locos por aprender catalán; no sólo eso, estoy convencido que esa será la solución a todos los problemas del sistema educativo. ¿Cómo iba a ser de otra manera? En fín, que es para ponerse a llorar...

Y antes que se me enfade nadie, me parece perfecto que se pueda aprender catalán, euskera y galego en todos los sitios; simplemente opino que, para empezar, estaría bien que se atajaran primero otras necesidades más importantes que seguro que existen.

Por cierto Ana, el salchichón (fuet), bastante mejor que la Sardana. (Y lo dice un catalán... aquí algunos de mis paisanos se enfadarán ;-))

Un beso

Anónimo dijo...

Querido Busbury: ¡¡Cuidado con la tele!! :-) Besos.

***

Querido Nuncio: El próximo post lo dedicaré al salchichón :-) Veo que ha tenido mucho éxito (la verdad es que está bueno). Quizá con ese reclamo los andaluces se animen con el catalá :-) Muchos besos.

Anónimo dijo...

Semejante "chorrada" electoral solo podría tener una cosa "buena"....el puntazo que puede ser oir a un andalú parlando catalá con asento andalú...vamos que te meas.

Anónimo dijo...

Estiamdo Anónimo: Pues tiene usted razón: la cosa promete :-)
Saludos.

Anónimo dijo...

Yo pensaba que iba a ser una campaña aburrida y con discursos muy previsibles, pero con las batallas en Madrid entre D. Carnal y Dña. Cuaresma, lo de los cuatrocientos euros para todos, lo de Arias Cañete sobre las mamografías de las inmigrantes, lo de estudiar catalán en Andalucía y en Madrid, lo del piso de Fernández Bermejo, lo de Zapatero diciéndolo a Gabilondo que hay que crear tensión... me voy a tener que retractar, porque se están superando a sí mismos. Como dice Nuncio, en cuanto abren la boca es una apuesta segura pensar que van a soltar alguna tontería.

Anónimo dijo...

Son como niños. Lo malo es que ya no se les puede pegar... :-)