Prácticas de riesgo, 05.03.08

Hace unos días se paseaba por Santander el escritor Álvaro Pombo, haciendo gala de su reciente condición de candidato en el seno de las filas de ese nuevo partido cuyas siglas son UPD. El novelista venía al Paraninfo de la Universidad de Cantabria a presentar su propuesta a los santanderinos, al tiempo que, en una de sus ya habituales “astracanadas” –es un decir–, afirmaba contundente que esperaba no salir elegido, dado que lo suyo no era la política. No deja de sorprender semejante aseveración en el número uno de la lista de UPD para el Senado. ¿Tan poca fe deposita el señor Pombo en las huestes de su partido, que opina que ni siquiera encabezándolas con su preclaro verbo obtendrán un resultado decente? ¿Qué significa en realidad para don Álvaro la posibilidad de la experiencia senatorial? Aquí sólo caben dos posibilidades: o el bueno de Pombo está documentándose “de tapadillo” para una nueva novela ambientada en las mansardas del madrileño Palacio de Montalbán –qué horror– o bien se está cubriendo las espaldas por si acaso, que lo de ser político en estos tiempos es práctica de alto voltaje; como mínimo, te arriesgas a que un paisano tuyo –Eduardo Noriega, por ejemplo– quiera matarte en un lugar tan grotesco (para estos menesteres, se entiende) como la bella Plaza Mayor de Salamanca… o junto a nuestra nunca bien ponderada Grúa de Piedra, por aquello de introducir una exótica variante local.
Después de todo, tal vez se trate, simplemente, de que lo que ahora está de moda es dedicarse a cualquier cosa menos a lo que se supone que uno se tiene que dedicar. Porque no se dirá que no asusta esta tendencia ultimísima de las Universidades –la de Cantabria no es una excepción– a meter con calzador la política en su entorno, cuando lo estrictamente esperable de la Universidad, como buena alma mater que se le ha otorgado ser, parece la adecuada nutrición espiritual de sus alumnos lactantes… La Universidad se entrega, en cambio, a facilitar la propaganda natural perseguida por los aspirantes al control de la res publica, en la misma medida en que los novelistas se dedican a encabezar listas políticas que les importan "un figo" –en palabras de Berceo–. Al fin y al cabo, en un mundo en mutación perpetua en el que hasta los filósofos más vetustos a la par que reputados se ocupan en detallar sus multilingües experiencias en el catre como si tal cosa (al amigo George Steiner le han aconsejado pésimamente su editor o sus decrépitas hormonas), ya no pinta feo ir de rebajas, incluso en los almacenes de lo intelectual. La cuestión es reciclarse a cualquier precio, incluso siendo este precio más moral que crematístico. La mezcolanza de política y cultura, tabú sagrado donde los hubiere, amén de práctica de riesgo ético por los siglos de los siglos, ha dejado paso a un amigable intercambio de fluidos que no sólo no está mal visto sino que hasta se antoja plausible. Cosas de la contemporaneidad.

9 comentarios:

Luis López dijo...

Creo que el señorito “Plombito” (con perdón) está interesado en la instalación de la figura de San Francisco en la religiosidad cristiana contemporánea. La política es tan sólo un paso para acercarse a la espiritualidad. “Yo no tengo una mala conciencia difusa, me he esforzado mucho en hacer las cosas bien” Plomito, perdón “Plombito” dixit. De todas formas usted le tiene manía, “Chati me superas”. Cosas de la contemporaneidad.

Anónimo dijo...

¿Manía? Qué va, si no hace falta, si se lo labra él solito :-)
Besines.

Morgenrot dijo...

Me quiero acordar de lo que decia Goethe de aquéllos que se dedicaban a la Administración pública, oséase, a la política en tiempos actuales: o locos, o sinverguenzas o...; no recuerdo el último término, pero parecido.

Lo que me ha dejado sorprendida es lo de Steiner. Yo soy admiradora suya, ¿ ha cambiado en estas últimas jornadas de su vida?. Tengo en mi mente, "Errata, examen de una vida", hay cosas muy buenas en este libro y muy inteligentes.

Anónimo dijo...

Mi querida Morgenrot: Sí, parece que Steiner ha cambiado. O al menos que ha perdido el juicio. Échale un vistazo a esto y me cuentas:
http://www.laopiniondezamora.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2169_13_257247__La-Ultima-Lengua-sexo-Premio-Principe

Así estamossss :-)

NUNCIO TAMALLANGOS dijo...

Querida Ana:

Por una tara que tengo desde pequeño, soy muy receloso de los que mezclan cultura y política: tengo la impresión que siempre sale perjudicada la misma.

Lo de Steiner es indigno. He leído el artículo que le comentabas a Mogenrot y me han dado ganas de llorar. El otro día fui a una conferencia de Jordi Llovet (ex-catedrático de la universidad de Barcelona) y dijo algo que me pareció muy interesante: "Yo lo único que quiero es morir con toda la dignidad que pueda". Por lo visto Steiner piensa radicalmente lo contrario.

Un beso desde el pozo.

Anónimo dijo...

Mi querido Nuncio: No, tú no estás en el pozo, en el pozo están los otros. A Steiner se le ha ido totalmente la olla; una lástima: forma de echar a perder una carrera intelectual respetable -hasta ahora-. Nada es lo que aparenta... Un beso.

Morgenrot dijo...

Ana, lastimosamente he leído, y varias veces, el artículo de Steiner en el Diario de Zamora.

Penoso es cuando se te cae el velo o un mito. En "Errata , examen de una vida", hablaba de él mismo y su devenir desde que nació. Sólo mencionaba otras mujeres o el tema de las relaciones sexuales cuando trataba el tema de la universidad, creo que de Chicago, siendo él estudiante, y si mal no recuerdo; se refería más a un amigo que a él mísmo.

Había un capítulo , o varios, en los que narraba cómo conoció a su mujer y lo retirados que vivían juntos en un lugar que no quería mencionar.

Ahora, a Steiner, se le va la cabeza o le llama el capital, y se nos muestra como un "semental" que disfruta físicamente según su gran capacidad linguística y políglota.

Lo que cuenta, es de libro barato.

¡ qué lástima !

Anónimo dijo...

Querida Morgenrot: Tú lo dices perfectamente, con todos sus puntos y sus comas. Y eso que no he localizado el enlace de un artículo más explícito que leí en El Mundo, que daba más detalles sonrojantes de "la cosa". Corren malos tiempos para la mitología...
Besos.

Morgenrot dijo...

Dentro de mis límites e incapacidades, intentaré mantener un mínimo nivel, de acuerdo con lo que mis ancestros me enseñaron.

Espero no defraudarlos.

Malos tiempos , sí.