Vándalos, 03.01.08

Los vándalos, como es sabido, integran ese trío de pueblos germánicos, junto a suevos y alanos, que, hostigados por los hunos, se acercaron a nuestra península a practicar turismo, allá por los comienzos del siglo V. Los vándalos eran gente de orden para los suyos propios, menos para los demás, más o menos como todos los pueblos que se han dedicado a ocupar territorios ajenos. Eso ya lo sabían los griegos, que cuando hablaban de los bárbaros se referían a “los otros”, es decir, a todos los que no eran griegos. Los hispanos tardaron veinte años en verse libres de los vándalos, y en especial de los silingos, la rama mejor instalada, que acabó por marchar hacia África ante los requerimientos poco corteses de los romanos y sus aliados, los visigodos.
Suele designarse como vándalos a los individuos caracterizados por su salvajismo y su tendencia a causar destrozos en su entorno, generalmente en relación con bienes de propiedad y disfrute públicos. En esta, como en otras ocasiones, el Diccionario de la Academia, o el acervo popular, si se prefiere, incurren en delito de imprecisión y hasta injusticia. Los vándalos, más allá de su nombre, de vándalos tenían lo estricto y necesario para invadir unas tierras que no eran las propias: el reinado de Genserico y sus inmediatos sucesores en África se prolongó en plenitud y sin barrabasadas dignas de mención durante más de un siglo. En realidad, la acepción contemporánea del término ‘vándalo’ parece provenir de la Francia Revolucionaria, y en concreto del jansenista Henri Grégoire, que describió con tal adjetivo ante la Convención el comportamiento de las tropas republicanas. En España semejante acepción halló predicamento por razones obvias.
En los últimos días el vandalismo se ha adueñado de las calles gaditanas, cebándose particularmente en los adornos navideños propios de las fechas, aunque no es este un mal con calendario específico. A diferencia de los vándalos históricos, que batallaban por un lugar donde asentarse, los vándalos actuales arruinan patrimonio de su propiedad, y su victoria consiste en degradar la convivencia y el bienestar de todos. Por desgracia, la estupidez y la violencia caminan con suma frecuencia de la mano.

14 comentarios:

Sir John More dijo...

Cómo no recordar al amigo Cipolla, querida Ana. No sé si te conté las peripecias de la compra del libro, pero si no, convendría que advirtiese a aquellos que deseen comprar el divertido e inteligente Allegro ma non troppo. Fui a una gran librería con mis hijos. Era sábado después del almuerzo, y la librería tenía pocos clientes. Nos habíamos metido a instancias de mis hijos para ver libros, y entonces recordé tu recomendación, pero no recordaba el título. Cuando ya nos íbamos, me acerqué al mostrador, donde había una cliente joven, y mis hijos se apostaron uno a cada lado. Le comenté al dependiente que buscaba un libro de un tal Cipolla, pero por supuesto lo pronuncié así, tal cual, en español, y con el sonido y sustituyendo al de la ll, como corresponde a un buen andaluz. La mujer se volvió hacia mí sobresaltada, y mis hijos me miraron como diciendo: papá, pero ¿no habíamos quedado en que no se decían palabrotas? El dependiente pronunció en perfecto italiano el apellido de Don Carlo Maria, y todos respiramos aliviados. Algunas recomendaciones deberían llevar sus correspondientes advertencias. Besos.

NUNCIO TAMALLANGOS dijo...

Y seguro que, además, grabarán sus "hazañas" con la cámara del móvil para posterior exhibición ante sus "amigos". No sólo son estúpidos, como tu bien dices, sino que se vanaglorian de su estupidez.

Cambia el año y esperamos, ingenuamente, que el paso de una página a otra del calendario signifique realmente un cambio; pero hay cosas que parecen no cambiar nunca.

Un beso.

Anónimo dijo...

Jajaja, qué bueno tu relato, mi querido Sir. Para la próxima ocasión lo tendré en cuenta... más que nada para evitar que asustes a vírgenes lectoras -o lectoras vírgenes- :-)
Besazo.

Anónimo dijo...

Mi preciado Nuncio: Hay cosas que no sólo no cambian, sino que empeoran... Por fortuna, hay otras que nos redimen o que, al menos, nos permiten refugiarnos o consolarnos. La escritura o los amigos, tú lo sabes. Beso de reyes.

Rukaegos dijo...

Bueno, reina mora, no hace falta que te preocupes por las lectoras vírgenes, que ya decía Jardiel acuéllo de "¿Pero hubo algun vez once mil vírgenes?".

Lo malo es que, por propia experiencia, a partir de cinco telarañas cuenta de nuevo como virgo. No sé por qué Celestina y Mari Garcia, la de las Coplas de las Comadres de Rodrigo de Reinosa, no lo apuntaron entre los remedios.

Y lo de los vándalos... No sólo en Cádiz, ma chèrie, no sólo en Cádiz. Hace tiempo que defiendo la tesis, poco científica pero creo que acertada, que se ha producido alguna mutación genética en las nuevas generaciones humanas, y que ahora portan algún cromosoma de algún tipo de seta venenosa.

Hay dos medidas correctas, creo, pero que ninguna ciudad se atreve a poner en práctica de manera seria:
a/ El que rompe (o estropea) paga o pierde su derecho a cualquier tipo de prestación pública salvo la sanidad y la escolarización obligatoria. Ni acceso a empleo público, becas, ... hasta q se reponga lo deteriorado.
b/Unas cuantas horas de servicio a la comunidad para que los "angelitos" (tengan la edad que tengan, que no toda la macarrería es adolescenta) aprendan eso de "ganarás el pan con el sudor de tu frente".

Sir John, como devoto confeso que soy de "Allegro ma non troppo" y a pesar de haber prestado y por ello nunca recuperado la primitiva y bella edición de Crítica en la colección Drakontos, falta que nos digas si a pesar del taco conseguiste el libro y si lo has leído y disfrutado. Desde que lo hice, llevo siempre un par de hojas con abcisas y ordenadas para determinar la cantidad de estupidez que me rodea.

Felices Reyes.

Anónimo dijo...

Queridísimo R.: Mi mamá, que bien te quiere :-), también defiende la teoría de la mutación. Ella dice que es por la carne...

Me parecen bien las medidas que propones. Yo preferiría la lobotomía, pero ya sabes que mi visceralidad a veces me pierde :-D Así que aceptamos trabajo social como correctivo de compañía.

De Sir y el Allegro te puedo decir que lo consiguió y lo disfrutó como un enano. Y para ti, una buena noticia: acaba de salir de nuevo en Crítica una bonita edición en tapa dura, que me han traído ayer mismo de la Jausofdebuk. Y es que lo duro no tiene precio :-)

Beso de Reina Maga.

Antonio Torralba dijo...

¡Siempre hay buen humor por aquí! Pues sí, los vándalos de ahora son peor que salvajes: son desdomesticados: como perros asilvestrados o algo así.

Y pues también: el Cipolla se sale. Vamos, que se repite, jeje.

Voy a poner los zapatos, que hoy hay que acostarse pronto.

Anónimo dijo...

Mi Antonio: Los pobres vándalos, como los cafres, son angelitos al lado de los que usurpan su nombre.

Ya estarás en la camita, seguro, esperando tus regalos. Yo te dejo un beso.

Anónimo dijo...

Tolerancia cero para esos vándalos. Lo malo es que resulta demasiado gratis romper lo que nos es común, destrozar lo que nos pertenece como comunidad de personas, alterar el respeto a lo ajeno y a lo diferente, quebrar lo que se configura como elementos de convivencia y bienestar.
No se si un servicio a la comunidad, un capón o una colleja a tiempo o una publicación en la plaza pública con nombres y apellidos, pero en algo debiéramos coincidir para evitar que estas bandas proliferen y que nos permitan al resto tener la fiesta en paz.
Un beso nocturno

Anónimo dijo...

Cuidado con la colleja, mi querido Escéptico, que ahora te denuncian y se te cae el pelo...
Tocarles el bolsillo y ponerles al tajo serían buenas medidas, sin duda. Es el único lenguaje que entenderían estos individuos que no asimilan el articulado.
Un beso vigía (acecho a los Reyes).

Rukaegos dijo...

De todas maneras, y con eso de que la música amansa a las fieras, tal vez obligar a toda esa fementida canalla a pasar varias veces por semana por los blogs de Antonio podría tener algún sentido.
Yo entro poco, porque me quedo atontado (más de lo habitual, quiero decir) dos horas escuchando corte tras corte ... qué lujo. Y pensar, Ana, que una vez hubo un Otoño Musical en Cantabria en que esos intérpretes y ese repertorio (o equivalentes) pasaban por Santander. Pero aquí, ya se sabe, Gago y Frailonix mandan. Sniff.

Anónimo dijo...

Querida amiga:
Aunque hace tiempo que no aparezco por estos lares, sí frecuento Cádiz y aunque tienes razón en lo que dices, no creo que sea una ciudad con un problema especial en este sentido.
Desde luego lo que sí tiene es un casco antiguo bastante bien conservado (aunque es cierto que la actividad comercial ha cambiado en los últimos años y está modificando el aspecto de sus calles), sobre todo teniendo en cuenta la excesiva permanencia de los cargos públicos, algo no deseable para ningún lugar.
Me vas a permitir que me obstine en conservar mi imagen de la "tacita" y disfrutándola siempre que puedo.
Por otra parte pocas poblaciones tienen un lugar como San Felipe, donde "exiliar" al ruido de la "noche joven", alejándola de las zonas habitadas.
Quizá lo que ocurra es que llevas demasiado tiempo sin pasear por sus empinadas calles y perderte por sus librerías.
Un beso.
(Casi me enrollo tanto como R.)

Anónimo dijo...

Mi querido R.: A esa canalla de la que hablamos el blog de Antonio les resultaría tortura malaya. Aunque no se trate exactamente de lo mismo, recuerdo que cuando estuve en Philadelphia observé que no había mala ralea en las estaciones ni lugares de tránsito en general, a diferencia de España, donde se encuentran atestados de sujetos peligrosos. ¿La explicación? Allí es costumbre tener en esos lugares como hilo musical acompañamiento de clásica, y a mí me parece que eso les espantaba.
Y sí, el blog de Antonio es peligroso, como te descuides se te va ahí la tarde :-))
De la dictadura de Frailonix y sus desaforadas huestes... mejor no hablar, que es día de Reyes.
Beso gordo.

Anónimo dijo...

Mi queridísimo Enore: El texto que publico responde esencialmente a las noticias aparecidas en los últimos días en el Diario de Cádiz acerca de comportamientos vandálicos reiterados, sobre todo en relación con los adornos navideños (flores de Pascua destrozadas sistemáticamente en las plazas, etc.). Desgraciadamente, este es un comportamiento que no es propio en exclusiva de Cádiz, sino que lo padecemos en demasiados lugares como para localizarlo o, peor aún, estar en condiciones de atajarlo.
Siento disentir contigo, aunque este es ya otro tema, en lo que se refiere a la conservación de Cádiz, y más de su antiguo casco urbano. Siempre he dicho que Cádiz podría tener uno de los barrios históricos más hermosos de España, y hasta de Europa, si no fuera por el más que penoso estado de sus calles y edificios. Los alrededores de la Plaza de San Antonio podrían ser verdaderamente espectaculares, pero las casas están llenas de grietas y desconchones, los miradores (o cierros) absolutamnete arruinados, las calles sucias, el adoquinado hecho una calamidad. Cádiz, en líneas generales, es una ciudad muy sucia. La instalación de comercios lo que hace en numerosas ocasiones es favorecer la restauración de edificios bellísimos, lo que me parece una medida urgente y necesaria. La calle Ancha tal vez haya perdido algo de "sabor", pero decididamente ha ganado en salubridad y belleza, pues los bloques recuperados son verdaderamente preciosos.
En cuanto a San Felipe... bueno, es una lástima que una parte privilegiada del paseo junto al mar se encuentre tomada por las pintadas y las vomitonas. Sé que el asunto es de difícil solución. Por un lado, como dices, está bien que los descerebrados vayan allí a explayarse, porque así no molestan a los vecinos. Al mismo tiempo, aquello es un auténtico vertedero en pleno centro de la ciudad. El problema es complejo, porque lo deseable sería que nadie acudiera a esa zona -u otras- a comportarse de forma que a duras penas puede calificarse como humana. Pero es lo que hay...
Un beso, siempre agradecida por tu visita. Extiéndete cuanto quieras.